IBIZA
Preciosa
isla de las llamadas Pitiusas, en el archipiélago balear. Tanto el paseo en
barco bordeando su costa, sus cristalinas aguas llena de todas las tonalidades
de azules, sus playas de doradas arenas, vegetación y particular arquitectura
hacen de esta isla un pequeño paraíso.
La
mejor forma de visitar la ciudad, con sus calles pequeñas e inclinadas, es a
pie y con unos zapatos cómodos. Por esas calles adoquinadas se llega hasta lo
más alto donde se goza de unas vistas impresionantes por entre las aberturas de
los baluartes y sus explanadas (Dalt Vila, que así es como
se llama su casco antiguo, significa ciudad alta). Allí está la plaza de la catedral, dedicada a Nuestra Señora de las Nieves,
patrona de Ibiza. Abajo brillan las cúpulas de tejas rojas de la iglesia de
Santo Domingo (s.XVI) y más a la izquierda se ve la plaza principal de la
ciudad, Vara de Rey. En medio hay una
estatua dedicada al general ibicenco del mismo nombre que luchó en la guerra de
Cuba. También en esa plaza se encuentra el Museo Arqueológico de Ibiza, con
muchos restos importantes de la época en que Cartago dominaba el Mediterráneo.
El área medieval de Dalt Vila fue fortificada por Felipe II para proteger la
ciudad de ataques de otomanos y piratas, ya que el triple recinto defensivo, de origen árabe, no era
suficiente. Dicho recinto fortificado, acabado a finales del siglo
XVI, es uno de los recintos abaluartados mejor
conservados, junto con el de Cartagena de Indias y forma parte del
Patrimonio de la Humanidad desde 1999.
Recuerdos de ese viaje son las fotos que aparecen en la anterior presentación.
Recuerdos de ese viaje son las fotos que aparecen en la anterior presentación.
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