sábado, 29 de octubre de 2011

La catedral de Cádiz




Siempre que voy por Cádiz, es casi obligado pasar por la catedral. Quiero compartir con vosotros esta visita virtual y nada más que comentar porque el experto lo hace de maravilla.

http://www.catedraldecadiz.com/Visita%20virtual/tvirtual/

jueves, 27 de octubre de 2011

Monells (Girona). Villa medieval

           
                                                               monells


              En noviembre de 2007 visité algunos interesantes pueblos catalanes, entre ellos Monells en Girona. Recuerdo que al ser otoño, anochece pronto y casi lo visité con su tenue luz artificial y sus solitarias calles a esa hora. Una extraña sensación que te hace recrear más si cabe como sería en la Edad Media. He aquí algunos detalles de su historia.

            El pueblo de Monells en el Bajo Ampurdán se formó alrededor del antiguo castillo, del que solamente se conservan las murallas. Perteneció a los vizcondes de Bas. Cada rincón del pueblo suscita recuerdos del pasado medieval, de nobles y caballeros, de mercados, castillos, barones y reyes. El mercado de Monells era de gran relevancia e importancia en la época medieval, por eso el rey Jaime I de Aragón, en el año 1234, dictaminó que se usara la medianera de Monells como patrón de medida de los cereales para el obispado de Gerona. Monells presume de una bonita plaza mayor porticada, la Iglesia de Sant Genís, fechada en 1019 de estilo gótico y el carrer dels Arcs, calle que circula bajo bóvedas.
             La plaza Jaime I está porticada y es de forma rectangular irregular. En el lado sur, destaca la antigua Casa de la Villa con ventanal gótico de arcos trilobulados.
            La iglesia de S. Genís conserva cabecera románica. La nave y ábside son del gótico y la fachada occidental y el campanario son del barroco. En el muro exterior de levante, dentro del cementerio, existe una lápida sepulcral gótica del caballero Arnau de Pontós muy ligado a la historia de Monells.


            En este enlace se aprecia mejor el encanto de este pueblo.




           

viernes, 21 de octubre de 2011

Alhama de Almería

Iglesia de S. Nicolás

Valle del río Andarax

Cascada
                                                                               ALHAMA DE ALMERÍA
            En esta primera quincena de Octubre he pasado 12 días en el balneario de S. Nicolás en el pueblo almeriense de Alhama, conocida antiguamente como la Seca, de Salmerón y hoy día como Alhama de Almería. En estos bonitos días de otoño he tenido el placer de recorrer sus calles, sus alrededores y dialogar con sus cordiales vecinos. Unos días de relax y contacto con la naturaleza que siempre vienen bien. Aquí dejo algunos datos.
            Está situada en las estribaciones de la sierra de Gádor, a la sombra del cerro de la Cruz y en la comarca conocida como medio Andarax.
El agradable patio del balneario

Balneario de S. Nicolás

Zona de baños en el balneario
            Su nombre viene del árabe “alhamman” que se traduce como baños termales. Hasta hace pocos años se tomaba como origen del pueblo las crónicas de escritores musulmanes que hablaban de la existencia de una gran fuente termal al norte de Pechina. Otros atribuyen su origen a necesidades defensivas y sitúan la pequeña alquería  que fue, en el siglo IX. Hoy recientes descubrimientos nos permiten remontarnos a los primeros siglos de la era cristiana. Fue reconquistada en 1489 por los Reyes Católicos, pasando a ser señorío de D. Gutiérrez de Cárdenas.            
Galería en el balneario
           Años más tarde, el 22 de septiembre de 1522, Alhama sufre un terrible terremoto que incluso llegó a secar sus fuentes. Este hecho junto a la expulsión de los moriscos, produjo el total abandono del pueblo. Habrá que esperar al siglo XIX para contemplar el resurgimiento de Alhama al amparo del desarrollo minero de la sierra de Gádor y más tarde a la implantación del cultivo de la uva de Ohanes.
Busto a Nicolás Salmerón en su pueblo

Casa de D. Nicolás para temporadas vacacionales
            Aquí nació y se conserva la casa solariega del célebre político D. Nicolás Salmerón y Alonso. 
            Cuando Amadeo de Saboya abdica, se declara la Primera República y es nombrado D. Nicolás Ministro de Gracia y Justicia hasta que en julio de ese mismo año lo eligen Presidente de la República. Tiene 36 años y es uno de los más jóvenes presidentes de los siglos XIX y XX. Dimitió por negarse a firmar la sentencia de muerte de los soldados desertores, siempre fue contrario a la pena capital.
              Sus paisanos se sienten orgullosos de él. 

lunes, 17 de octubre de 2011

La Peña de los Enamorados

                  “Sajra Al-Achkin” o Peña de los Enamorados

            En las inmediaciones de Archidona (Málaga), la antigua Madina-Raya, se encuentra esta Peña con el perfil de un hombre tendido. Yo paso con cierta frecuencia por allí y siempre es un gustazo echarle una mirada porque cuenta la leyenda que allí tuvo lugar una bonita historia de amor.
Restos de la fortaleza
            En época árabe estaba regida esta ciudad por el wali Ibrahim que tenía puestas sus miras en tres cosas importantes para él: la guerra, la madina y su hija Tagzona. Siendo muy diestro en las armas desde su juventud, fue un afamado y aguerrido caballero en la corte de los Nazaríes y por ello el altivo sultán granadino Ismail, puso toda su confianza en él. Con los reinados de los monarcas castellanos Alfonso VIII y Fernando III estaba la nobleza muy levantisca y para preservar la plaza de Raya le nombró wali de la misma.
            Quedó satisfecho ante la grandeza de esta plaza y luchó sin descanso contra insignes caballeros cristianos y maestrantes como D. Gutierre de Sotomayor.
            En la kasba o alcazaba estaba protegida su hija. La tuvo escondida durante su adolescencia cual piedra preciosa; no obstante, era muy admirada por nobles, señores walíes, comerciantes y ricos hacendados que querían hacerla su esposa. El wali de Alhama quedó prendado de su belleza y la pidió en matrimonio con el consentimiento de su padre. Sin embargo Tagzona estaba enamorada de un joven granadino llamado Muhammad que fue avisado por ella de las intenciones de su padre. Vino a buscarla, la subió a su caballo y desaparecieron como el rayo buscando un lugar seguro temiendo las represalias del wali.

             Cuando a Ibrahim le dieron cuenta del rapto de su hija, él y sus caballeros tratan de dar alcance a la pareja. Muhammad tiene el propósito de llegar a las tierras de Narváez, alcaide de Antequera pero no lo consiguen y acorralados suben hasta lo alto de la Peña. Al no poderse mover de allí, prefirieron ambos arrojarse al vacío, muriendo en las aguas del Guadalhorce.



Vista de la Peña de los Enamorados desde Antequera

            Y desde entonces, enhiesta roca, que se eleva majestuosa entre las fértiles vegas de Antequera y Archidona, se la conoce con el poético nombre de Sajra Al-Rachkin o Peña de los Enamorados.

sábado, 1 de octubre de 2011

Sta. Mª. de Huerta en imágenes

         Corresponden estas imágenes al pueblo, sus alrededores y las distintas dependencias del monasterio: claustros, refectorio de monjes y conversos, cocina, cilla o bodega, calefactorio, escalera real, iglesia abacial, capilla para el rezo diario y otros detalles.
(No os asustéis por lo largo que pueda ser porque las imágenes acaban en el minuto 6:40)

Monasterio de Sta. Mª. de Huerta (Soria)

                Sta. Mª de Huerta
                Visité y residí en la hospedería de este monasterio durante una semana compartiendo rezos y cantos con la comunidad, recogimiento interior, tonificantes paseos por los alrededores y disfrutando de una arquitectura exquisita. Una muy buena experiencia que espero repetir.

El monasterio cisterciense de Santa María de Huerta se halla situado sobre la orilla derecha del río Jalón, afluente del Ebro. En terreno fértil y con buena provisión de agua, como acostumbraban hacer los monjes roturadores. Ciento treinta y seis kilómetros lo separan tanto de Zaragoza como de Madrid. Y desde Soria son ciento tres.
A sólo un kilómetro y medio está de la raya entre Castilla y Aragón. Territorio de frontera y verdadera extremadura castellana, de la que Soria es punta de lanza. Los cistercienses que habían de fundar Huerta se asientan en primera instancia en Cántavos, villa desierta perteneciente a Fuentelmonje  a unos quince kilómetros al norte de su actual ubicación. En 1151 el rey Alfonso VII de Castilla autoriza la fundación del monasterio. Los monjes se trasladan a Huerta en 1162 siendo Martín de Finojosa (el padre San Martín) su primer abad y quien llegaría a ser obispo de Sigüenza.
Bajo la protección del rey Alfonso VIII, poco antes del inicio del siglo XIII estaba ya construido lo fundamental del monasterio. La sobriedad cisterciense -no exenta de monumentalidad- sobresale y envuelve en los lugares en que se manifiesta en forma plena. Consecutivas obras y añadidos la enmascaran en determinados lugares pero sin llegar a hacer desaparecer su esencia y consiguiendo un equilibrado conjunto aun hoy habitado por una comunidad de monjes. La obra cisterciense, carente de los prolíficos añadidos escultóricos cluniacenses, está orientada al recogimiento y a la disposición a sentir y escuchar desde el interior. Todo cuanto no ayuda a este fin, distrae
Para poder tener una visión global de la cabecera del conjunto monástico, hay que desplazarse hasta una zona elevada a unos doscientos metros al este del templo. De ese modo se puede salvar visualmente el elevado muro perimetral que lo rodea y en el que existen ocho cubos a intervalos regulares, en ocasiones reforzados por cinchas de hierro para evitar su desplome. Así podemos disfrutar en perspectiva de sus diversas estructuras. De izquierda a derecha vemos la cabecera del templo, con su sobresaliente nave transepto rematada por sendos frontones triangulares sobre elevados a la que se abre el gran ábside central con su presbiterio y los cuatro absidiolos laterales, incluidos en dos estructuras que lo flanquean. Mas allá la estructura que contuvo la desaparecida sala capitular y en un plano un poco más retrasado vemos la gran sala-refectorio de los monjes con el añadido carente de vanos en cuyo espesor se halla la escalinata para el ascenso del lector. No menos impresionante es la contemplación del lateral norte del templo desde el paseo que lo circunda a distancia de su muralla.